Escribe: Gustavo Silva Paredes MD.
Andrew
S. Boozary y col. han publicado el artículo titulado: The Ébola Outbreak,
Fragile Health Systems, and Quality as a Cure[1] en la revista JAMA. Es
sobre la base de este artículo que desarrollaremos el siguiente pots.
Afirman
que EEUU pese a las deficiencias de su sistema de salud, podrá controlar
eficazmente y luego eliminar el virus del Ébola con tasas de letalidad mucho
menores que las reportadas en África Occidental; se preguntan luego ¿Por qué la
disparidad cuando no hay fármacos o vacunas disponibles?
La
repuesta a esta pregunta no radica en las características del virus, sino en el fracaso colectivo para asegurar la
disponibilidad de personal adecuado para el cuidado de la salud y el fracaso
colectivo para dotar de los recursos y sistemas necesarios para prestar servicios
de atención médica de alta calidad. La epidemia del Ébola sólo ha relucido
estas falencias crónicas en medio de las amplias desigualdades globales
existentes.
En
África Occidental la escases de trabajadores de salud ya era un problema en
Liberia donde sólo habían 53 médicos para los 4, 3 millones de habitantes, muchos
menos que en una unidad clínica de un hospital universitario en los EEUU.
El
éxito en la prevención y tratamiento requerirá de más médicos, profesionales de
la salud y del trabajo conjunto e integrado con los promotores locales de salud,
quienes colaboran no sólo alentando a los pacientes a acudir a los
establecimientos de salud, sino que también brindan tratamiento de apoyo y
permiten que la población recupere la confianza en el sistema de salud.
La
epidemia del Ébola es una batalla de la atención médica básica, donde la
atención de apoyo adecuada puede reducir muertes innecesarias. En la actualidad
la falta de recursos básicos para la atención
de la salud como guantes y batas, fluidos intravenosos, protocolos y pautas sencillas han limitado a los
trabajadores de salud de primera línea el poder cuidar a los afectados con el
Ébola. Estos recursos básicos y protocolos de atención básica inundan los
sistemas de salud de países de altos y medianos ingresos, quienes no tienen
justificación alguna para no hacer llegar estos materiales a los países de África
Occidental para salvar vidas. Las consecuencias de tales carencias se evidencian
en pacientes que no reciben hidratación intravenosa, controles de hematocrito, función
renal y hepática, muchas personas mueren fuera de las instalaciones sanitarias,
perdiéndose cada día la confianza en la capacidad de su sistema de salud para
cuidar de ellos.
Dentro
de los sistemas de salud hacen referencia al brote fiebre hemorrágica de Marburg de 1967, una enfermedad estrechamente
relacionada con el Ébola, ocurrió en Alemania y Yugoslavia en medio de la
reconstrucción de sus sistemas sanitarios producto de la segunda guerra mundial
y en el tiempo en el que no se sabía nada de la enfermedad; la tasa de
letalidad del brote de Marbug fue de 2 a 3 veces menor que el actual brote de Ébola
en África Occidental. Esto se debe fundamentalmente a la falta de sistemas de
salud adecuados en los que el personal de atención y los recursos de salud se
pueden implementar de manera efectiva.
Resaltan
que la calidad es fundamental, calidad en la atención, calidad en el gasto, calidad
en las compras, etc; y que gastar más no siempre es mejor.
La
calidad deja de ser nebulosa y genera confianza en los sistemas de salud si
implica tres componentes: 1) asistencia segura, 2) efectiva y 3) entregada de
manera que se respete la dignidad de las personas en el contexto de sus mundos
morales locales. La falta de calidad es el combustible para epidemias como el Ébola.
Los
autores finalizan con cuatro conclusiones
- Los resultados de los próximos meses revelarán la capacidad de forjar alianzas eficaces entre países y disciplinas, y la extensión del compromiso de valorar todas las vidas humanas por igual.
- Responder a la crisis con un aumento de las soluciones provisionales, es posible (aunque poco probable) que tal enfoque podría llegar a frenar la epidemia y terminar con la morbilidad y la mortalidad del brote actual.
- Responder al Ebola con un enfoque más amplio que implica inversiones significativas en la provisión de personal de atención de la salud, los recursos y los sistemas podría tener éxito ahora y ayudar a crear modelos sostenibles para el futuro.
- Si el enfoque implica la reingeniería de los sistemas de salud alrededor del paciente, sigue habiendo una oportunidad de traer un progreso duradero para aquellos que más lo necesitan.
[1] Boozary AS, Farmer PE, Jha AK. THe ebola
outbreak, fragile health systems, and quality as a cure. JAMA
[Internet]. 6 de octubre de 2014 [citado 7 de octubre de 2014]; Recuperado a
partir de: http://dx.doi.org/10.1001/jama.2014.14387
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