Fuente: El País - Sociedad - Grito mundial para salvar la Tierra
Decenas de miles de personas han ocupado este
domingo las calles de Nueva York y las de varias ciudades del mundo en la mayor
concentración conocida en favor de la lucha contra el cambio climático.
La marcha supone una exigencia multitudinaria de adopción de medidas hacia los
líderes mundiales presentes en Manhattan para la 69 Asamblea General de
Naciones Unidas, que asistirán también a la cumbre del clima que se celebra este martes. Unas
1.600 organizaciones llevaron a las calles a más de 300.000 personas, según los
cálculos de los convocantes, que llenaron de color, diversidad y
reivindicaciones el asfalto neoyorquino. No fue una marcha ecologista, sino un
grito global para impedir que la temperatura del planeta siga ascendiendo y
condene a todo tipo de catástrofes a millones de habitantes del planeta. Este mismo
domingo se ha sabido que las emisiones de gases de efecto invernadero
aumentaron un 2,3% en 2013, lo que demuestra que las medidas adoptadas hasta
ahora son insuficientes.
La marcha ha contado con la presencia de políticos,
empresarios, actores y líderes sociales, desde el secretario general de
Naciones Unidas, Ban Ki-moon, al ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore,
pasando por el actor Leonardo DiCaprio, embajador especial de Naciones Unidas,
el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, o el alcalde de Nueva York,
Bill de Blasio. DiCaprio ha desfilado en el grupo de los pueblos indígenas semi
oculto tras una tupida barba y una gorra. Uno de los momentos más emotivos se
produjo en la Sexta Avenida a las 13.00 horas. Allí se celebró un minuto de
silencio por las víctimas del cambio climático. Transcurrido ese tiempo, un
estruendo de fanfarrias volvió a ocupar las calles.
La manifestación precede a una cumbre de líderes mundiales promovida por Ban
Ki-moon que pretende dar un impulso a la negociación de un nuevo tratado sobre
el clima. Dicha negociación deberá cerrarse a finales de 2015 en París. Será el
primer encuentro de alto nivel tras el fracaso
de Copenhague hace cinco años. Hay anuncios esperanzadores. Los
países africanos proponen un corredor de energía limpia desde El Cairo hasta
Ciudad del Cabo. También se habla de detener la destrucción de los bosques en
2030. El Banco Mundial pretende poner un precio a las emisiones. Sin embargo,
las divisiones entre los países ricos y emisores y los que no lo son continúan,
y los intereses de los primeros amenazan, una vez más, la posibilidad de un
acuerdo efectivo.
Está
previsto que el presidente Barack Obama anuncie ayudas a los más afectados por
los desastres naturales, además de expresar su preocupación por los efectos del
cambio climático, pero poco más. Los países pobres, por su parte, acusarán a
los ricos de ser los responsables, con sus emisiones, de sus desgracias. La
ausencia en la cumbre de los jefes de Estado o de Gobierno de países
fundamentales en la negociación, como Rusia, Alemania, China, India, Canadá,
Australia o Arabia Saudí, también dice mucho de las limitadas perspectivas del
encuentro.
Lorne Stockman, de la organización Oil Change,
llegado desde Virginia con su hija de cuatro años, declaró a EL PAÍS durante la
manifestación: “Espero que el liderazgo de Ban Ki-moon lleve a la ONU y a los
líderes mundiales a mejores acciones que las vistas hasta ahora”. Sonia
Pollock, estudiante del Macalester College, de 21 años, se erigió en portavoz
de sus 30 compañeros llegados desde Minnesota: “Las consecuencias de la
explotación del planeta van a recaer sobre todos nosotros. Tenemos que acabar
con esto”.
Keya Chatterjee, de World Wildlife Fund, señaló:
“Llevamos años escuchando promesas. Es el momento de la acción”. Su compañera
de España Mar Asunción añadió: “Queremos acciones claras y creíbles que den
prioridad a la reducción de las emisiones y a los esfuerzos de adaptación al
cambio climático”. Michael Bosse, del colectivo Sierra Club, que movilizó 100
autobuses hacia Nueva York, manifestó que “no se trata de juntar a unos miles
en York para luego irnos a casa, sino de que los líderes vean que nuestra causa
tiene un apoyo ciudadano que no se puede ignorar”. Stanley Sturgill, minero de
68 años de Kentucky, se puso como ejemplo: “Tengo los pulmones negros. Nuestros
líderes políticos nos han fallado, por eso estoy aquí”.
Mark Ruffalo, actor que caminó junto a DiCaprio en
Nueva York, se mostró partidario de “ser contundentes, ya que los líderes son
los únicos que se interponen en lo que demandamos”. “No todos los días se puede
salir a la calle para garantizar el futuro de la humanidad. Aprovechémoslo”,
añadió Eddie Bautista, de NYC Environmental Justice Alliance. Por su parte,
Frances Beinecke, de Natural Resources Defence Council, afirmó: “El pueblo está
unido por una causa común y queremos ver acciones ambiciosas ya”.
Las evidencias científicas dan la razón a estas
voces. La subida del nivel del mar desde 1992 fue el doble que en todo el siglo
pasado y el escenario geopolítico global también se resiente, con 22 millones
de desplazados en 2013 por desastres naturales, tres veces más que por
conflictos. Maura Cowley, de Energy Action Coalition, proclamó: “Obama y los
otros líderes deben sumarse a nuestra causa o harán frente a las consecuencias
de sus decisiones”. Laurent Fabius afirmó: “El mensaje que nos manda la
sociedad civil está a la altura de la amenaza que constituye el cambio
climático. Haremos lo posible para que en París en 2015 cerremos un acuerdo
universal, ambicioso y creíble”.
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