23 de septiembre de 2014

Grito mundial para salvar la Tierra

Fuente: El País - Sociedad - Grito mundial para salvar la Tierra




Decenas de miles de personas han ocupado este domingo las calles de Nueva York y las de varias ciudades del mundo en la mayor concentración conocida en favor de la lucha contra el cambio climático. La marcha supone una exigencia multitudinaria de adopción de medidas hacia los líderes mundiales presentes en Manhattan para la 69 Asamblea General de Naciones Unidas, que asistirán también a la cumbre del clima que se celebra este martes. Unas 1.600 organizaciones llevaron a las calles a más de 300.000 personas, según los cálculos de los convocantes, que llenaron de color, diversidad y reivindicaciones el asfalto neoyorquino. No fue una marcha ecologista, sino un grito global para impedir que la temperatura del planeta siga ascendiendo y condene a todo tipo de catástrofes a millones de habitantes del planeta. Este mismo domingo se ha sabido que las emisiones de gases de efecto invernadero aumentaron un 2,3% en 2013, lo que demuestra que las medidas adoptadas hasta ahora son insuficientes.

La marcha ha contado con la presencia de políticos, empresarios, actores y líderes sociales, desde el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, al ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore, pasando por el actor Leonardo DiCaprio, embajador especial de Naciones Unidas, el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, o el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio. DiCaprio ha desfilado en el grupo de los pueblos indígenas semi oculto tras una tupida barba y una gorra. Uno de los momentos más emotivos se produjo en la Sexta Avenida a las 13.00 horas. Allí se celebró un minuto de silencio por las víctimas del cambio climático. Transcurrido ese tiempo, un estruendo de fanfarrias volvió a ocupar las calles.

La manifestación precede a una cumbre de líderes mundiales promovida por Ban Ki-moon que pretende dar un impulso a la negociación de un nuevo tratado sobre el clima. Dicha negociación deberá cerrarse a finales de 2015 en París. Será el primer encuentro de alto nivel tras el fracaso de Copenhague hace cinco años. Hay anuncios esperanzadores. Los países africanos proponen un corredor de energía limpia desde El Cairo hasta Ciudad del Cabo. También se habla de detener la destrucción de los bosques en 2030. El Banco Mundial pretende poner un precio a las emisiones. Sin embargo, las divisiones entre los países ricos y emisores y los que no lo son continúan, y los intereses de los primeros amenazan, una vez más, la posibilidad de un acuerdo efectivo.

Está previsto que el presidente Barack Obama anuncie ayudas a los más afectados por los desastres naturales, además de expresar su preocupación por los efectos del cambio climático, pero poco más. Los países pobres, por su parte, acusarán a los ricos de ser los responsables, con sus emisiones, de sus desgracias. La ausencia en la cumbre de los jefes de Estado o de Gobierno de países fundamentales en la negociación, como Rusia, Alemania, China, India, Canadá, Australia o Arabia Saudí, también dice mucho de las limitadas perspectivas del encuentro.

Lorne Stockman, de la organización Oil Change, llegado desde Virginia con su hija de cuatro años, declaró a EL PAÍS durante la manifestación: “Espero que el liderazgo de Ban Ki-moon lleve a la ONU y a los líderes mundiales a mejores acciones que las vistas hasta ahora”. Sonia Pollock, estudiante del Macalester College, de 21 años, se erigió en portavoz de sus 30 compañeros llegados desde Minnesota: “Las consecuencias de la explotación del planeta van a recaer sobre todos nosotros. Tenemos que acabar con esto”.

Keya Chatterjee, de World Wildlife Fund, señaló: “Llevamos años escuchando promesas. Es el momento de la acción”. Su compañera de España Mar Asunción añadió: “Queremos acciones claras y creíbles que den prioridad a la reducción de las emisiones y a los esfuerzos de adaptación al cambio climático”. Michael Bosse, del colectivo Sierra Club, que movilizó 100 autobuses hacia Nueva York, manifestó que “no se trata de juntar a unos miles en York para luego irnos a casa, sino de que los líderes vean que nuestra causa tiene un apoyo ciudadano que no se puede ignorar”. Stanley Sturgill, minero de 68 años de Kentucky, se puso como ejemplo: “Tengo los pulmones negros. Nuestros líderes políticos nos han fallado, por eso estoy aquí”.
Mark Ruffalo, actor que caminó junto a DiCaprio en Nueva York, se mostró partidario de “ser contundentes, ya que los líderes son los únicos que se interponen en lo que demandamos”. “No todos los días se puede salir a la calle para garantizar el futuro de la humanidad. Aprovechémoslo”, añadió Eddie Bautista, de NYC Environmental Justice Alliance. Por su parte, Frances Beinecke, de Natural Resources Defence Council, afirmó: “El pueblo está unido por una causa común y queremos ver acciones ambiciosas ya”.

Las evidencias científicas dan la razón a estas voces. La subida del nivel del mar desde 1992 fue el doble que en todo el siglo pasado y el escenario geopolítico global también se resiente, con 22 millones de desplazados en 2013 por desastres naturales, tres veces más que por conflictos. Maura Cowley, de Energy Action Coalition, proclamó: “Obama y los otros líderes deben sumarse a nuestra causa o harán frente a las consecuencias de sus decisiones”. Laurent Fabius afirmó: “El mensaje que nos manda la sociedad civil está a la altura de la amenaza que constituye el cambio climático. Haremos lo posible para que en París en 2015 cerremos un acuerdo universal, ambicioso y creíble”.

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