Fuente: OMS
Con una sola unidad de sangre donada se pueden salvar hasta tres vidas.
Cada año se realizan 92 millones de donaciones de sangre en
todo el mundo. Aproximadamente la mitad de esas donaciones corresponden a
países de ingresos altos, donde solo se concentra un 15% de la
población mundial.
Muchos de los pacientes que necesitan transfusiones,
especialmente en los países en desarrollo, no pueden acceder a tiempo a
sangre segura.
La donación voluntaria y no remunerada de sangre es
fundamental para que exista un suministro suficiente de sangre segura.
Los donantes voluntarios regulares representan la fuente más segura de
suministro de sangre, ya que hay menos casos de infecciones transmitidas
por la sangre entre esos donantes que entre las personas que donan
sangre a familiares en caso de emergencia o que lo hacen a cambio de
dinero.
En los países de ingresos bajos y medianos, la sangre donada
se utiliza principalmente para casos de complicaciones relacionadas con
el embarazo y de anemia infantil grave.
En los países de ingresos altos, las transfusiones se utilizan
sobre todo en cirugía cardíaca, cirugía de trasplante, tratamiento de
traumatismos graves y tratamientos contra el cáncer.
El suministro suficiente de sangre segura a través de sistemas
nacionales de transfusión bien organizados debería ser parte integrante
de la política de atención de salud de cada país.
El suministro suficiente de sangre segura a través de sistemas
nacionales de transfusión bien organizados debería ser parte integrante
de la política de atención de salud de cada país.
La OMS proporciona orientación sobre políticas y asistencia
técnica para ayudar a los países a garantizar la disponibilidad de
sangre y productos sanguíneos seguros para las personas que los
necesitan, así como su correcta utilización.
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