29 de noviembre de 2012

“Privatizar la sanidad pública no sale más barato”




En el segundo día de huelga en la sanidad pública madrileña (27-11-2012), contra el plan de recortes y privatizaciones propuesto por el gobierno regional. Dani Mateo habla de los pros y los contras de la privatización. Para ello, se traslada a Alzira donde se encuentra el primer hospital privatizado de España por Zaplana.

Este video es parte del programa español  En Intermedio, y explica entre bromas lo caro que sale privatizar la sanidad pública.

Pueden ver el video en el siguiente Link:

“Privatizar la sanidad pública no sale más barato”

 

16 de noviembre de 2012

18 de Noviembre - Día Europeo del Uso Prudente de Antibióticos





El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), celebra por quinta vez el 18 de noviembre de 2012 el Día Europeo del Uso Prudente de Antibióticos. Su objetivo es concienciar a los ciudadanos y profesionales acerca de la resistencia a los antibióticos y sus consecuencias para la salud individual y colectiva.




Comparto con ustedes un artículo publicado en el Diario el País hoy 16 de noviembre.

El abuso de los antibióticos crea superbacterias




En la segunda mitad del siglo XX la ciencia logró adelantar a las bacterias. El desarrollo de antibióticos fue más rápido que la capacidad de los microorganismos para mutar y sortear la embestida. Pero eso está cambiando rápidamente, en gran parte por el abuso y el consumo irresponsable de estas medicinas, tanto en humanos como en animales. Entre 2007 y 2011, la resistencia combinada de dos bacterias que son causa común de infecciones urinarias y respiratorias (la Klebsiella pneumoniae y la Escherichia coli) a varias familias de antibióticos ha crecido “de forma significativa” en un tercio de los países de la UE, alerta el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC). Algunas de esas bacterias se están volviendo cada vez más resistentes a los antibióticos más potentes, la última línea de defensa contra la infección.
Los científicos avisan de que estamos ante un grave problema de salud pública y una seria amenaza para los sistemas sanitarios europeos. Sin antibióticos, algunos tratamientos avanzados no serían posibles. Hay tendencias “alarmantes”, según el organismo europeo, que presenta hoy sus últimos datos en el Día por un Consumo Prudente de Antibióticos. “Hay un aumento preocupante de la resistencia de la K. pneumoniae a los antibióticos de última línea”, explica Marc Sprenger, director del ECDC. Esta bacteria puede causar infecciones del torrente sanguíneo, neumonías e infecciones quirúrgicas; y afecta sobre todo a pacientes ingresados en hospitales. Cuando un paciente no responde al tratamiento, los médicos pueden recurrir a los antibióticos carbapenémicos, claves en infecciones causadas por bacterias multirresistentes.
Pero en algunos países, como Grecia o Italia, la resistencia a estos antibióticos, que son la última frontera para neutralizar la infección, es ya muy elevada y no para de crecer. Entre 2010 y 2011, el porcentaje de casos resistentes en Grecia entre pacientes con infecciones del torrente sanguíneo por K. pneumoniae pasó del 49% al 68%. El porcentaje de casos resistentes aumentó en Italia del 15% al 27% en el mismo periodo.
En España, ese porcentaje es inferior al 1% en las cepas aisladas de sangre, pero ya se han detectado casos y brotes en algunos hospitales. “De momento aquí es un problema menor, pero que va en aumento”, detalla Luis Martínez, microbiólogo del hospital Marqués de Valdecilla, en Santander. Cuando los antibióticos más potentes y seguros no funcionan, solo quedan otros muy tóxicos que entrañan un alto riesgo para el hígado.
“Los datos se basan solo en casos de infecciones en sangre y meningitis para evitar sesgos y que sean comparables entre países”, aclara Dominique Monnet, experto del ECDC. Las cifras las envía cada país tras realizar en los hospitales cultivos de laboratorio en enfermos infectados. Este sistema público de vigilancia de la resistencia a antibióticos en Europa, llamado EARS-Net y centralizado en el ECDC, hace un seguimiento de siete familias de bacterias, las más relevantes desde el punto de vista clínico y por su especial facilidad para adquirir nuevas resistencias. Este procedimiento, aun siendo un buen indicador, puede subestimar el problema al no registrar otras infecciones, como las de orina, reconocen los expertos.
En 2008, un científico descubrió una cepa de la K. pneumoniae extremadamente resistente a los antibióticos carbapenémicos, lo que provocó un tsunami científico, aunque no era la primera vez que se daba un caso similar. Fue un científico de la Universidad de Cardiff (Gales) quien detectó un gen que confería a la bacteria la capacidad de producir una enzima capaz de neutralizar el efecto de los antibióticos más potentes. El científico, Timothy Walsh, nombró a esa enzima metallo-betalactamasa-1 de Nueva Delhi (NDM-1). El nombre viene de la ciudad india donde viajó el paciente sueco que adquirió la infección y cuyas muestras analizó Walsh. Posteriormente, esta enzima se ha detectado en muchos tipos de bacterias, como la E. coli, la más común en los humanos. La NDM-1 no ha provocado brotes en España hasta ahora, aunque sí otras enzimas del mismo tipo (carbapenemasas) que preocupan a médicos y científicos por la capacidad de transmisión.
La resistencia a antibióticos provocada por un mal uso de los medicamentos genera 25.000 muertes al año en Europa y unos costes sanitarios adicionales de 15.000 millones de euros. Se estima que el número de infecciones por bacterias multirresistentes alcanza las 400.000 al año. “Los países del sur de Europa consumen más antibióticos que los del norte”, afirma José Campos, jefe del laboratorio de antibióticos del Centro Nacional de Microbiología. Y esos países, que utilizan más medicamentos fuera de los hospitales, no lo hacen por sufrir más infecciones bacterianas, sino porque incurren en un consumo excesivo e inadecuado (para tratar infecciones virales como la gripe o el resfriado, por ejemplo), lo cual afecta a sus tasas de resistencia, casi siempre bastante superiores en los países del sur.
Grecia es el país donde más antibióticos se consumen: 3,5 veces más que en Estonia, en la cola de la tabla según los datos del ECDC sobre consumo en la comunidad (extrahospitalario). En esa tabla España aparece en el número 13 de un total de 29 países (datos de 2010), pero la información es engañosa porque solo incluye el consumo de antibióticos con receta de la Seguridad Social. Quedan fuera los antibióticos recetados por médicos y seguros privados y aquellos que, aunque esté prohibido por ley, se continúen vendiendo sin receta. “Tomando esos datos, España estaría entre los tres o cuatro primeros”, alerta Campos.
El consumo en hospitales, cuyos datos no presenta el ECDC, es un factor fundamental para la difusión de bacterias resistentes causantes de infecciones hospitalarias. Y en esto España no está tan mal. “La utilización de antibióticos en hospitales está hoy muy controlada”, afirma Francesc Gudiol, catedrático de Medicina de la Universidad de Barcelona y jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas del hospital de Bellvitge.
Según el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, cerca de un tercio de las infecciones de sangre producidas por la Escherichia coli en España son resistentes a la vez a dos de las familias de antibióticos más importantes: las fluoroquinolonas y las cefalosporinas de tercera generación. “Hay cepas de E. coli resistentes endémicas ya en España, a diferencia de lo que ocurre con otras cepas multirresistentes, que solo pueden afectar si alguien las importa de otros países”, explica Gudiol. La situación es preocupante en el caso del estafilococo dorado, una bacteria que produce infecciones en la piel y en la sangre, y que presenta en España elevadas tasas de resistencia a la oxacilina (del grupo de las penicilinas), “un importante problema de salud pública”, según el ECDC. La tasa —que se sitúa entre el 10% y el 25%— ha caído con respecto al año pasado, aunque el descenso mayor se ha producido en Reino Unido y Francia, que han invertido muchos recursos en ello.
Aun así, existen importantes variaciones localmente. El proyecto Virerist, liderado por el jefe de la Unidad de Medicina Preventiva del hospital de la Vega Baja (Orihuela), José María López-Lozano, lleva años recopilando datos. Los investigadores del programa han logrado desarrollar aplicaciones informáticas que minimizan la posibilidad de que a un paciente se le recete un antibiótico que no será efectivo. “Desde que se diagnostica una infección hasta que se tienen los resultados de laboratorio que identifican el microorganismo causante, pueden pasar dos o tres días”, explica Lozano.
Pero los enfermos necesitan un tratamiento inmediato, que el médico debe suministrar cuando aún no tiene toda la información sobre el caso. El programa determina cuál es, con mayor probabilidad, el microorganismo causante de la infección y qué antibiótico conviene recetar. Además de beneficiar al enfermo, se actúa sobre la comunidad al reducir el riesgo de error en el tratamiento y, por tanto, de generar nuevas resistencias al antibiótico que luego puedan transmitirse. “Las resistencias no son un problema individual. Cuando un médico receta, esto puede tener efectos en la salud pública”, resume Lozano.
En el hospital del Marqués de Valdecilla, en Santander, Martínez analiza los cultivos bacterianos y recomienda a los médicos el medicamento que deben recetar. En los casos en que el paciente no responde a ninguno de los antibióticos tradicionales, los expertos optan por suministrar el compuesto al que la bacteria presenta menos resistencia.
La K. pneumoniae suele afectar a personas hospitalizadas en tratamiento por otras enfermedades. Para infectarse, la persona debe estar expuesta a la bacteria, bien por el contacto directo con otra persona o por contaminación ambiental. Por ello, el ECDC insiste en que es muy importante mantener la higiene (como lavarse las manos frecuentemente para evitar diseminar las bacterias ya resistentes) y aislar al paciente infectado. En España hay programas de concienciación en hospitales desde hace años, relata Martínez. Lo que no evita que se produzcan brotes, como el de la bacteria Acinetobacter baumanii, multirresistente a antibióticos, que sufrió el hospital madrileño 12 de Octubre y causó 18 muertos entre finales de 2006 y 2008.
Los científicos alertan: estamos perdiendo la carrera. “El desarrollo de las resistencias es un proceso en parte natural y que todos esperábamos, pero han aumentado más de lo previsible”, reconoce Gudiol. De momento, la mayoría de infecciones todavía se pueden tratar, pero cada vez es más difícil para los médicos. “La última familia de antibióticos que nos queda está perdiendo efectividad y su preservación es una prioridad sanitaria de primer orden”, alerta Campos. Es necesario aplicar medidas drásticas para detener el avance de la resistencia, por un lado, e invertir en el desarrollo de nuevos antibióticos, por otro. Porque, afirman los expertos, la industria ha perdido interés en invertir en este campo.
La Comisión Europea lanzó el año pasado un programa para financiar la investigación de nuevos antibióticos y su desarrollo a través de una iniciativa público-privada dentro de la IMI (Iniciativa de Medicinas Innovadoras). En el programa participan farmacéuticas, académicos, organizaciones de pacientes, empresas de biotecnología y hospitales, entre otros. Entre los objetivos está “acelerar el desarrollo de antibióticos”, explica una portavoz.
Para ello, se trabajará en mejorar la efectividad de los ensayos clínicos o la tecnología utilizada en diferentes fases del proceso. Los países europeos también comparten fondos para investigar en problemas asociados a la resistencia en virtud de una iniciativa conjunta sobre resistencia a los antimicrobianos. Los médicos insisten en que es fundamental decantar la balanza de nuevo del lado de la ciencia y detener la crisis. Alejar, definitivamente, la imagen angustiosa de un mundo sin antibióticos.


12 de noviembre de 2012

La dignidad de los médicos es la dignidad de sus pacientes. Y viceversa


Los seres humanos nos reconocemos entre nosotros.

Reconocernos entre nosotros implica aceptarnos como iguales. Es decir, aceptamos que los otros tienen al menos los mismos derechos que nosotros. Este reconocimiento es cuestión central en el desarrollo de la civilización y sus antecedentes remotos pueden seguirse en las normas de hospitalidad que todavía perviven en las sociedades primitivas. La hospitalidad implica reconocer al otro como igual, y ser altruistas. Dos características, el reconocer al otro como igual y la hospitalidad, que están en el corazón del sistema sanitario.

Los seres humanos nos reconocemos entre nosotros y por ello atribuimos una serie de derechos básicos a los demás, los mismos que reclamamos para nosotros. Son los derechos humanos, inherentes a la persona, irrevocables, inalienables, intransmisibles e irrenunciables. Son derechos universales e independientes de contextos culturales, geográficos y sociales. Como tales derechos tienen historia milenaria, desde la antigua Mesopotamia al menos, pero en su formulación moderna fue clave la respuesta al contacto de los conquistadores españoles con los indígenas americanos. A estos se les atribuyó la ciudadanía castellana en el siglo XV por más que muchos fueran incluso masacrados y esclavizados y en todo caso explotados. Vale la pena recordar que tal ciudadanía se les negó a los aborígenes en Australia y Canadá hasta la mitad del siglo XX (además, también fueron explotados y masacrados).

El sistema sanitario público de cobertura universal hace efectivo el derecho humano de protección y promoción de la salud y de prevención y atención de la enfermedad y de la muerte. Los políticos de los partidos gobernantes en España durante la crisis que no cesa pretenden eliminar este derecho humano. Pretenden que la víctima (el Estado de bienestar) pase a culpable, al tiempo que ocultan a los culpables (la codicia sin freno ni control, la burbuja inmobiliaria, los bancos y cajas de ahorros gobernados irresponsable e impunemente)

Cáncer de escroto en deshollinadores

El cáncer de escroto en deshollinadores londinenses fue el primer cáncer con una causa identificada. Lo describió Pott en 1775, al tiempo de escribir sobre las penosas condiciones de los niños que trabajaban como deshollinadores de angostas y calientes chimeneas. Su pequeño tamaño explicaba su contrato temprano, entre los cuatro y siete años. Realizaban su trabajo muchas veces a palos, pinchados o quemados para forzarlos a introducirse en pasajes imposibles, de forma que no era rara su muerte por asfixia o el acabar con graves deformidades. Pasaron 65 años hasta que se prohibió de hecho la explotación de los niños deshollinadores, en 1840. El miedo a los incendios justificó la explotación inmisericorde de los niños pese a la legislación que intentó protegerlos desde 1888. Un poema de William Blake relata la vida de un niño deshollinador, vendido cuando su lengua apenas sabía llorar y sollozar, que soñaba con niños como él, muertos en el trabajo y enterrados en ataúdes negros, que en el cielo eran bañados y recuperaban su blanca piel para ascender entre las nubes.

Pasaron 150 años hasta que se pudo demostrar experimentalmente el carácter cancerígeno de los componentes del hollín.

Los políticos de los partidos gobernantes (PP y CiU pero sin olvidar al PSOE) son seleccionados antidemocráticamente por dichos partidos, aparentemente por su docilidad, endeblez mental, miedo al poderoso y sensibilidad a la corrupción. En listas cerradas logran sus poltronas, sin más méritos personales que la "obediencia debida".

Estos políticos han visto mucho cine gringo, de Walt Disney, y su nivel cultural lo demuestran con su conducta impropia y las expresiones malsonantes que se intercambian en los distintos parlamentos (y fuera de ellos). Vieron en sus infancias "Mary Poppins", y la ven con sus hijos y sobrinos, y creen en la imagen edulcorada de los niños deshollinadores de Londres. Pretenden ignorar la brutal explotación infantil, el avasallamiento de derechos humanos. Tararean "Chim, Chim, Cher-ee" como si fuera un himno. Y es su himno, el himno de los que pretenden borrar dos siglos de historia y retrotraernos al capitalismo salvaje, al comienzo de la primera revolución industrial, la que logró destruir el trabajo independiente de los artesanos y cuyo símbolo fue la fábrica donde se agruparon los trabajadores, con los niños atados a las máquinas para que no perdieran el tiempo jugando.

El "que se jodan" de la diputada deslenguada se entiende en el contexto de aplausos con los que los parlamentarios festejan las medidas que recortan derechos humanos sin pudor. Aplauden las reformas laborales que nos lleva a seis millones de parados. Aplauden presupuestos que recortan sin fundamento la educación, la investigación y la sanidad. Pretenden sangrarnos; son como vampiros. Trabajan para sus dueños, los poderosos banqueros y especuladores que asisten con placer a la batalla contra el pueblo y jalean y animan a sus peones, los políticos que nos gobiernan. Estos políticos venderían su alma al diablo, pero no siendo posible nos venden a médicos y a pacientes, a maestros y a niños, a investigadores y a la ciencia.

La virginidad masculina es 260 veces más barata que la femenina

En 2009 un australiano empezó a buscar vírgenes de ambos sexos. La idea era realizar un documental sobre la subasta de la virginidad y la pérdida de la misma. Finalmente lo logró en 2012 y organizó una subasta electrónica. Por la virginidad de una brasileña ofreció el máximo, 780.000 dólares, un japonés. Por la virginidad de un ruso ofreció el máximo, 3.000 dólares, una brasileña. Ambos darán cumplimiento al contrato de forma que se pueda completar el documental.

Dentro de su plan de batalla contra el pueblo español no es descartable que los políticos hayan leído la noticia y estén echando cuentas en esta crisis interminable. A tantas españolas vírgenes, tantos millones de euros. A tantos españoles vírgenes, lo mismo dividido por 260. Claro, se vende la virginidad del pene, de forma que si se vendiera la del ano a lo mejor la cosa cambiaba y se incrementaba dios sabe cuánto.

No es una locura. Locura fue que el PSOE y el PP cambiaran en horas, durante un verano, la inviolable y virgen Constitución. Y lo hicieron. No tuvieron ni tienen freno ni vergüenza, ni límite ni razón. Es ajustar cuentas con la población, es destruir el Estado de bienestar haciéndolo pasar por culpable.

Así está cayendo la sanidad, con recortes de carnicero ni siquiera de cirujano. Son carniceros estos políticos que batallan contra el pueblo, que incrementan el gasto en material antidisturbios en un 1.780%

(http://www.elmundo.es/elmundo/2012/10/30/economia/1351613307.html) al tiempo que pretenden convertir en delito hasta este texto, no digamos la resistencia pacífica. Hay necesidad de policías en todos lados cuando no hay justicia en ninguna parte.

Juan GérvasSe destruye el sistema sanitario con copagos vergonzantes y sinsentido, con rebajas salariales a médicos y profesionales, con limitaciones horarias de prestación de servicios, con ventas al mejor postor del patrimonio sanitario, con la cesión de la gestión a los mismos fondos buitres que nos hunden en lo económico y con otras medidas insultantes similares. Perdemos la dignidad y los derechos humanos. Pretenden que pasemos por horcas caudinas, pretenden que perdamos la dignidad. Es hora de que los indignos políticos que desarrollan estas políticas tengan enfrente la dignidad tanto de médicos como de pacientes. Es hora de la desobediencia civil.

En tiempos de crisis económica y social necesitamos más sistema sanitario público, mayor cobertura y mejores servicios, justo lo que están destruyendo estos políticos en guerra contra su pueblo.

Juan Gérvas (jgervasc@meditex.es) es médico general y promotor del Equipo CESCA (www.equipocesca.org) @JuanGrvas

11 de noviembre de 2012

El bastión de la ‘marea blanca’ - La Princesa se ha convertido en emblema de la resistencia a las medidas privatizadoras de la sanidad de Ignacio González


“¿Has visto que te hemos saludado desde fuera? Eres ya un VIP”, le dice el médico al entrar a Justo Jiménez, de 65 años, que sonríe halagado en su habitación de la tercera planta del hospital de La Princesa. Está aislado porque el tratamiento de su cáncer de próstata le hace especialmente vulnerable a las infecciones. “No puedo salir; si no, estaría allí abajo en las protestas todos los días”, cuenta. Cada poco abre la ventana y coloca bien la pancarta que el viento ha revuelto: “La Princesa es como nuestra casa. No debemos hipoteca, no nos desahuciéis. Un paciente”, se lee en una sábana escrita con rotulador y pegada al alféizar con esparadrapo.

Jiménez ingresó al día siguiente del anuncio del Gobierno regional que ha puesto patas arriba a toda la sanidad madrileña. Junto con los Presupuestos de 2013, Ignacio González proclamó la privatización total de la gestión de seis hospitales construidos hace apenas cinco años, la externalización de 27 centros de salud, la entrada de empresas en los servicios no sanitarios de todos los hospitales madrileños, la transformación del Carlos III en hospital de media y larga estancia y la conversión de La Princesa en centro especializado en mayores de 75 años. El día 1, festivo, Jiménez se encontró que su hospital ya estaba en lucha. Al día siguiente, sábado de un puente, una asamblea multitudinaria decidió iniciar un encierro. La mecha había prendido.

La Princesa es solo uno de los muchos centros amenazados. El peligro, en su caso, no es la privatización —de momento—, sino el desmantelamiento de un hospital con 160 años de historia, puntero en docencia e investigación que ofrece 40 especialidades a una población de 300.000 habitantes. Y, sin embargo, se ha convertido en símbolo de toda la lucha de la sanidad pública. Sus trabajadores -desde el jefe de servicio hasta la celadora- y sus pacientes fueron los primeros en movilizarse. El incendio prendió primero en el Infanta Leonor de Vallecas y el hospital del Henares, en Coslada. Y después se extendió a todos los demás: encierros, concentraciones, marchas…

La sanidad madrileña está en llamas. Lo sabe bien Justo Jiménez, que desde su habitación silba y grita como si estuviera con los demás cortando la calle de Diego de León o Francisco Silvela. Y también lo saben en el Gobierno regional. El consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, ha evitado sus habituales visitas a los hospitales esta semana. El Gobierno está solo en esto. Los sindicatos en pleno, la oposición, las sociedades científicas, el Colegio de Médicos, asociaciones de pacientes… Todos han rechazado, y algunos de manera muy contundente, las medidas del llamado Plan de medidas de garantía de la sostenibilidad del sistema sanitario público.

"Vengo cada dos por tres por infecciones. Con 40 de fiebre. Aquí me conocen y saben lo que necesito. Si ahora me quitan la urgencia, ¿a dónde voy? ¿Qué hago? ¿A otro hospital y otro médico cada vez? Tengo un historial que es una enciclopedia", dice Jiménez. Su problema de salud le obligaba tan a menudo a ingresar en La Princesa que hace un año se mudó a un piso cercano. Lo decidió también por sus hijos, que trabajan, y de los que no quería estar dependiendo. "Fíjate lo que me supone a mí que me manden a otro sitio. Tengo la constancia de que científicamente han hecho por mí lo imposible. Y humanamente ni te cuento. Sé que este es solo mi problema. Pero como yo habrá miles".


Exteriores del hospital de La Princesa tapizados con pancartas. / CARLOS ROSILLO


Yolanda Otero, de 62 años, no teme por su puesto como enfermera. Tiene plaza, aunque comparte su jornada con compañeras interinas o eventuales. Esta vez no se trata de empleos, que también, ni de condiciones laborales, asegura tras tomarle la tensión a Jiménez. Se podría decir que el movimiento de protesta, la llamada marea blanca, es a la vez altruista y egoísta. “Estamos aquí por la sanidad pública. La sociedad no puede perder lo que hemos ganado en todo este tiempo. No podemos pagar la mala gestión de algunos. Esto es un retroceso de 40 años. Como no nos movamos, todos, nos quedamos sin sanidad pública”, predice. Por eso, en realidad, la lucha es interesada: todos somos pacientes. “Tengo más miedo como usuaria que como médico”, sostiene Patricia Alonso, geriatra del hospital Infanta Leonor.

Se les llama los nuevos hospitales porque, en un alarde inaugurador sin precedentes, Esperanza Aguirre consiguió abrirlos todos casi a la vez, en 2008. Muchas voces se alzaron entonces contra la conveniencia de levantar seis nuevos hospitales de agudos. ¿Eran necesarios? ¿Se diseñaron en base a algún plan? Debió de haberlo, pero nunca llegó a la opinión pública. Ahora, solo cuatro años después, resulta que sobran dos centros de agudos, que se reconvierten: el Carlos III y La Princesa. Y los nuevos, levantados mediante concesión administrativa con contratos a 30 años, pasan a manos privadas. “Sin reformas se hundiría la sanidad pública”, aseguró Lasquetty esta semana en la Asamblea.

PSOE, IU y UPyD dudan de que sean estas las reformas que la vayan a salvar. Incluso el Colegio de Médicos, tradicionalmente poco crítico con el Gobierno regional, ha rechazado “de forma rotunda” las medidas anunciadas por Ignacio González. Lo mismo que los sindicatos (Satse, CCOO, Amyts, Csit-UP, UGT y Usae) que, en un comunicado conjunto, denunciaron que se trata de “una ofensiva privatizadora sin precedentes en el sistema sanitario público madrileño que dinamita el sistema madrileño de salud”. “Las empresas están para hacer negocio, eso está claro”, dice una enfermera del hospital del Sureste, en Arganda, que, como es interina, pide anonimato. “Y eso repercute en el paciente. Nosotras somos tres para 30 camas; compañeras de la privada nos cuentan que allí solo hay una, sobre todo por la noche”.

Hace días que pancartas improvisadas inundan los hospitales. “En venta”, dicen los que decoran los pasillos de los nuevos, los de gestión semiprivada. “Este es tu hospital, defiéndelo”, dicen otros. Incluso centros a los que no han llegado tan directamente los recortes se han movilizado. En la fachada del hospital infantil Niño Jesús, frente al parque del Retiro, anuncian que, dentro, hay trabajadores encerrados “en defensa de la sanidad pública”. Unas 400 personas salieron ayer en Aranjuez bajo el lema “La sanidad no se vende, se defiende”. Todos los servicios no sanitarios en todos los hospitales serán prestados por empresas, anunció también González. La lavandería que lava la ropa de los hospitales públicos, con más de 350 trabajadores —más de la mitad, temporales—en Mejorada del Campo, también se privatiza. Cuanto más se sabe, más arrecian las protestas.

Justo Jiménez, uno de los pacientes que apoya las protestas contra el desmantelamiento de La Princesa, en su habitación. / CARLOS ROSILLO

Y más solo se queda el Gobierno regional. Distintas fuentes consultadas por este diario, algunas en puestos directivos, se preguntan quién ha diseñado este plan. Lo ha hecho sin contar con sociedad médica alguna, ni con el Colegio de Médicos, ni siquiera con los directores gerentes de los centros afectados: algunos se enteraron pocas horas antes que la prensa. Estas fuentes apuntan a una persona, el director general de Hospitales, el médico Antonio Burgueño, como el ideólogo del plan. Fue director médico de la aseguradora privada Adeslas (1990-2001) e ideó el proyecto del hospital de La Ribera de Alzira, en el que se ha inspirado el Gobierno madrileño para crear los hospitales de gestión privada de Valdemoro, Torrejón y Móstoles. El Gobierno regional aduce razones económicas para explicar los cambios. La gestión privada es más eficiente, repiten sus altos cargos.

Este diario ha solicitado los estudios, o incluso únicamente los datos que justifiquen esa afirmación. No ha obtenido respuesta. Tampoco la han obtenido los partidos de la oposición en la Asamblea. La única cifra que repite el Gobierno regional es que la gestión privada cuesta 441 euros de media por paciente y año, frente a 600 en la pública. Una comparación que los expertos tiran por tierra porque no tiene en cuenta la complejidad de los procesos. “Lo que se les complica en el de gestión privada nos lo mandan aquí”, dice un cirujano de La Princesa. “No es lo mismo un trasplante que enyesar una pierna rota”, apunta otro médico.

La Princesa es precisamente uno de los hospitales con más complejidad de Madrid. Según la última memoria del Servicio Madrileño de Salud (Sermas), de 2011, es el que tiene el mayor peso medio. Los nuevos, en cambio, los que menos. Unos 5.500 profesionales sanitarios se verán afectados por el paso de la gestión pública a la privada de los seis hospitales abiertos en 2008, según datos sindicales. Los sanitarios (médicos, enfermeras, técnicos...) con plaza fija irán a otros hospitales de la red pública, con lo que desplazarán a los interinos. Para los que no tienen plaza, el panorama es más sombrío: el despido o, con suerte, la contratación a cargo de la empresa que gane el concurso.

Algunos detalles parecen demostrar la improvisación de estas medidas. Solo unas horas antes de la rueda de prensa en la que González anunció el cambio de modelo, el 31 de octubre, médicos que había superado las últimas oposiciones escogían su plaza de medicina interna. Decenas de ellos eligieron los nuevos hospitales. Un rato después se enteraban de que esa plaza deja de existir. Médicos contratados por empresas ocuparán su lugar y ellos irán a parar a hospitales tradicionales como La Paz o el Gregorio Marañón, a su vez desplazando a los interinos. La oposición de interna es el ejemplo más extremo, pero en los últimos meses médicos de otras especialidades han estado eligiendo plazas para hospitales sin saber que iban a ser privatizados.

Los médicos asociados en AFEM, de reciente creación y sin vínculos políticos ni sindicales, han convocado una huelga para la última semana de noviembre. La geriatra Alonso explica por qué: “Necesitamos que los pacientes sepan que lo hacemos por ellos, porque sabemos lo perversos que son los sistemas de incentivos de la sanidad privada. Es una cuestión de responsabilidad”.

5 de noviembre de 2012

Los presupuestos de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Apunte de urgencia. ACTA SANITARIA - Punto de Vista

Fuente: ACTA SANITARIA- Punto de Vista

Escribe: José Manuel Freire Campo

Escribo esta nota aún conmovido por la llamada de un médico del Hospital de la Princesa. Él es uno de los puntales de la medicina española y europea en su especialidad, y no le cabe en la cabeza que su hospital vaya a desaparecer, convertido en geriátrico, "especializado en enfermedades prevalentes de los mayores", según la jerga del equipo de incompetentes (sic) que desgobierna la sanidad de Madrid desde que llegó a la presidencia de la Comunidad Esperanza Aguirre. No le cabe en la cabeza que desaparecer sea el destino de todo un hospital universitario, situado en el centro de Madrid, dotado con los quirófanos más avanzados de neurocirugía, referente en trasplantes de médula, y en muchas otras cosas, que en estos momentos está siendo dotado de dos aceleradores lineales, que forma residentes en todas las especialidades, que atiende como hospital de referencia a más de 300.000 personas.

De decisión de tal calibre se enteran in situ y por la prensa los propios directivos del hospital, e incluso los de la Consejería. ¿De quién a partido la idea? ¿Es un globo sonda, una ocurrencia más del inefable Director General de Hospitales? No. Del Sr. González, presidente de la Comunidad. Ese Sr que no sabe si tiene o alquila un ático en Marbella, lo ha dicho solemnemente en rueda de prensa en la mañana del miércoles 31 de octubre de 2013. Que conste.

¿Va el PP a dejar sin hospital a varios barrios céntricos de Madrid, donde tiene su mayor granero de votos? Pues este es el plan. Un plan que es sólo una parte de un conjunto de despropósitos sanitarios, sociales y económicos, que no se lo merecen ni los votantes del PP, ni los profesionales sanitarios, ni nadie.

La crisis está sirviendo de pretexto para la ideología y ambas, crisis e ideología, en el caso de la sanidad de Madrid están dando cobertura a decisiones temerarias cuyo denominador común es privatizarlo todo.

Primero fue la construcción, de la noche a la mañana, sin plan ni papel alguno, por mera voluntad de la Sra Aguirre de seis hospitales, montados con un modelo financiero y organizativo caro, que no podía funcionar y, en efecto, no funciona. Tanto no funciona que una de las ocurrencias de los presupuestos 2013 del gobierno PP de Madrid es reprivatizarlos.

Para ello quieren utilizar la fórmula de la segunda gran decisión sanitaria temeraria del PP más neoliberal del reino: la construcción de una segunda oleada de nuevos hospitales, dándoselos, por concesión administrativa de 30 años, al sector privado. Mal copiando la peor experiencia de la sanidad española: la valenciana. Ahora una de estas empresas, Ribera Salud que gestiona el Hospital de Torrejón, quebrada en Valencia, está ya en venta; los otros tres hospitales privatizados son todos de la misma empresa, Capio, dueña de la UTE-FJD que ya gestiona la Clínica de la Concepción concertada con la sanidad pública, de modo que se puede hablar de un "capiopolio" en la sanidad madrileña. Pues bien, cuando Reino Unido, el país que inventó los modelos PFI-PPP de financiación privada de infraestructuras públicas, se los está replanteando y revisando sus contratos a la baja; en medio de una formidable crisis financiera y de crédito, el gobierno del PP no solo no reconsidera el error cometido con estos hospitales privatizados -cuya necesidad es más que cuestionable-, sino que incrementa el yerro tratando de meter en mismo agujero a seis hospitales más.

La tercera gran decisión temeraria es de ahora: la de todas las medidas que van con la presentación de los presupuestos de 2013. Todas y cada una estas medidas son negativas para la sanidad pública en Madrid. Ninguna, absolutamente ninguna, pasa una mínima prueba de solvencia, de rigor, de concreción en su formulación. Y en democracia los poderes públicos tienen la obligación de explicar el por qué de las decisiones que toman.

Las medidas principales anunciadas son:

(1) Implantación de la tasa de 1€/receta ya implantada en Cataluña, aunque por cierto con un acuerdo con el PP catalán que incluía su evaluación ¿Lo sabrán los que gobiernan Madrid, ellos también del PP? Curioso: los 83 millones de euros que esperan recaudar equivalen a lo que el gobierno del PP de Madrid regala a las familias que llevan sus hijos a colegios privados no concertados. Es un impuesto adicional a los pacientes, una medida que -diga lo que diga el gobierno- es recaudatoria y por ello injusta, pues paga más quien más necesita, no quien más tiene. Una medida que viene a agravar la situación de los más necesitados, que ya sufren el incremento del coste de los medicamentos por los copagos nuevos y por haber sido desfinanciados medicamentos de indudable utilidad terapéutica.

(2) Privatización por "modelo de concesión administrativa" de los primeros seis hospitales construidos en la presidencia de Aguirre: Aranjuez-Tajo, Arganda-Sureste, Coslada-Henares, Parla-I.Cristina, S. Sebastián de los Reyes-I.Sofía y Vallecas-I.Leonor. Es una temeridad embarcarse en una operación de este tipo cuando la sanidad de Valencia, pionera en estas privatizaciones, hace agua por todas partes; la fórmula de concesión administrativa (privatización) tiene tales problemas de control publico, de conflicto de intereses, de falta de evaluación, de riesgo moral y conflicto de intereses que es una auténtica provocación meter estos hospitales en esta vía.

(3) Reestructuración de los grandes hospitales universitarios de Madrid. Según explicó el inefable Director General de Hospitales de Madrid en la Junta Técnico Asistencial del Hospital de la Princesa, antes de tener que abandonar la reunión, se pretende la reconversión con fusión-concentración de servicios por grupos de hospitales, con la consecuente desaparición de servicios clínicos y de hospitales de agudos. Por supuesto no hay ningún papel ni ningún estudio. Ni siquiera en esta ocasión hay un powerpoint, y esto es más grave de lo que parece. Tomado de oído, se harían estos arreglos. (a) Grupo H. Clínico-H. Gregorio Marañón-H. Princesa, esquema en el que desaparecería el Hospital U. de la Princesa tal como hoy existe para devenir en un hospital geriátrico. Se prevé que esta transformación tenga efecto a lo largo de 2013. (b).Grupo H. La Paz-H. Ramón y Cajal ¿Con fusión de ambos hospitales? Los detalles en algún powerpoint que todavía no está terminado; en este grupo el H. Carlos III sería un hospital de "media y larga estancia". Se prevé tenga efecto los últimos 8 meses de 2013. (c) Grupo H. 12 Octubre-H. Puerta de Hierro. Debe ser por estar cercanos y atender a poblaciones con gran similitud socioeconómica…

Estas medidas están solo enunciadas en sus trazos gruesos, sin que nadie en los equipos directivos de los hospitales afectados, ni incluso en la estructura orgánica de la Consejería conozca los detalles. ¿Improvisación? ¿Externalización secretista de los planes para desarbolar (y así privatizar más fácilmente) lo mejor de la sanidad madrileña-española? Todos los profesionales, directivos y expertos consultados consideran una auténtica barbaridad borrar del mapa un hospital terciario de excelencia como es el H. Universitario de la Princesa para transformarlo en un geriátrico. ¿Habrán dudado al menos? Es un gran escándalo plantear algo tan importante, tan sensible, como es la restructuración de todo el tejido hospitalario madrileño sin contar con sus profesionales. Y no se ha contado. ¿Cómo calificar que para un plan de tanto calado no se haya contado con los propios directivos de los hospitales afectados? Estas medidas suponen poner, literalmente "patas arriba" los hospitales más avanzos de Madrid, introduciendo una gran incertidumbre y desmoralización en sus profesionales.

(4) Por último, en este catálogo de despropósitos -aunque hay otros más que no caben en esta nota de urgencia-, está el anuncio de privatizar ('externalizar' dicen) un 10% de los Centros de Salud, prioritariamente (pero no únicamente) con un sistema similar al existente en Cataluña (modelo EBAS -Entidades de Base Asociativa-). Se trata de empresas mercantiles cuyos accionistas son sanitarios. Aquí tampoco hay powerpoint y se desconocen los detalles. Hay más preguntas que respuestas, pero para esta externalización se han presupuestan 20,23 mill€ en 2013. Esta privatización parcial de la At. Primaria, tiene características comunes con el resto de las reformas que propone el gobierno del PP para 2013 en la sanidad pública: no existe información detallada alguna sobre el qué, el cómo, el cuándo, el dónde; ningún profesional sanitario parece haber sido informado o haber participado en el plan. La importancia estratégica de la At. Primaria hace especialmente que el gobierno del PP anuncie sin más un cambio tan radical de modelo organizativo, añadiendo incertidumbre al personal sanitario y a la población.

A modo de conclusión. Ninguna de las reformas que propone el gobierno del PP de Madrid está avalada por informe o estudio técnico alguno; tampoco se ha contado expertos internos, ni con los directivos. Por supuesto nada de esto estaba en el programa electoral con el que el PP concurrió a las elecciones en mayo de 2011. En estas condiciones, estas medidas nacen totalmente deslegitimadas ante aquellos que las tienen que implementar, los profesionales, o sufrir, pacientes y población. De momento, todas las organizaciones sindicales han mostrado su oposición frontal a medidas impuestas, sin explicación, negociación ni planificación alguna.

Los cambios que propone el gobierno del PP de Madrid suponen abrir un proceso de deterioro sin precedentes en la sanidad pública, siendo las únicas beneficiarias las empresas concesionarias instaladas en el sector.

José Manuel Freire CampoConfiemos que la sociedad, ciudadanos y pacientes, los profesionales sanitarios, y los vecinos atendidos por los centros amenazados de mayor privatización de la sanidad española la hagan inviable. Esta reestructuración radical de la sanidad madrileña, toma como pretexto la crisis económica para implementar una agenda ideológica ocultada y negada en la campaña electoral. No obstante, puede que no todo sea ideología; y estando Madrid en pleno territorio Gúrtel conviene estar vigilantes a intereses espurios y a las amistades peligrosas de algunos que nos (des)gobiernan.

En cualquier caso el gobierno del PP debiera saber que no se pueden hacer reformas sanitarias sin contar con los profesionales, pero mucho menos teniéndoles en frente.

Nota informativa: los libros del proyecto de presupuestos 2013 de la Comunidad de Madrid se pueden ver y descargar AQUÍ.

José Manuel Freire Campo es Médico y Diputado Portavoz de Sanidad del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Madrid