7 de marzo de 2012

Palabras de Agradecimiento del Dr. David Tejada - Héroe de la Salud 2012

Fuente: Organización Panamericana de la Salud - Perú



Evento “CUIDADO INTEGRAL DE LA SALUD PARA TODOS Y POR TODOS: respuesta pública a los desafíos de ayer, hoy y mañana”
 

                
                              

Palabras de Agradecimiento
Dr. David A. Tejada de Rivero

Lima, 2 de marzo de 2012

Agradezco a la Dra. Mirta Roses, Directora de la Organización Panamericana de la Salud, por su presencia en Perú. Muy bienvenida.


El título de este evento me llena de una inmensa satisfacción. El “cuidado integral de la salud para todos y por todos” fue un planteamiento que surgió hace más de dos décadas frente a las erradas interpretaciones y distorsiones de la mala traducción de “atención primaria de salud”. En Alma-Ata el verdadero espíritu, contenido y esencia nunca fue una atención elemental, a veces sobre simplificada y empírica para los pobres de los niveles más periféricos de los sistemas de atención médica reparativa, también mal llamados “sistemas de salud”.


Lamentablemente, a esa mala traducción, del inglés al español, se sumó la equivocada interpretación del término “primario”, cuyo verdadero espíritu fue el de ser “esencial, prioritario, central, nuclear y fundamental”  y de aplicación en todos los niveles de los verdaderos sistemas de salud.


Tal vez en Alma-Ata lo que faltó fue un énfasis mayor en el “por todos” como el complemento inseparable del “para todos”. Hoy, más que nunca, esto es imprescindible en el logro de una vida saludable. Así como la salud es un derecho universal inalienable es también un deber y una responsabilidad ineludible de todos: en todos los ámbitos y campos del quehacer social - y lo social incluye lo económico -, en todos  los niveles del Estado, y, en todas las formas en que la sociedad se organice para el bien común.


El premio que se me otorga lo interpreto como un reconocimiento en mi persona de la lucha heroica de muchísimos trabajadores de la salud en mi Perú, en las Américas y en el mundo. Muchos ya desaparecidos, muchos como yo que anhelan no retirarse nunca de esta lucha y muchos de las nuevas generaciones que surgen cada día. 


Debo confesar que el término “héroe” me creó temor y dudas. Dada mi manía de buscar definiciones conceptuales - sobre todo en esta época y en este mundo globalizado y que padece una nueva “babelización”, aunque hablemos un mismo idioma - terminé inundado y hasta ahogado en tantas definiciones formales, idiomáticas y conceptuales. Felizmente me tranquilicé porque todo apuntaba, en el fondo, a algo así como “el que lucha por algún ideal a pesar de todas las dificultades y puede llegar al sacrificio personal por ello”. Lo que pasa es que la historia fue identificando como héroes a los de las guerras, no importando mucho los valores de los ideales. En el Siglo V fue reconocido como héroe nada menos que Atila, el Rey de los Hunos y que hoy es “un paradigma de la crueldad y la rapiña”. Todavía quedan héroes de la guerra y de la muerte aunque ya se reconoce más a los que luchan por la vida de los demás, y, su sacrificio no es la muerte sino la lucha, muchas veces desigual, de todos los días. Una encuesta mundial reciente sobre héroes coloca en los primeros diez lugares a ocho luchadores por la vida y sólo a dos guerreros. Encabezaban esa lista Martin Luther King y Nelson Mandela, dos premios Nobel de la Paz.


Esto me llevó a reafirmar el contenido de mi carta de aceptación del premio a la Dra. Roses. Entendí que en mi persona se reconoce a muchos luchadores por la salud y la vida. Basta mencionar, entre los peruanos y con el riesgo inevitable de muy graves omisiones, por ejemplo, a Manuel María Núñez Butrón y Carlos Cornejo Roselló, entre los que ya no están con nosotros; y, a Rogelio Bermejo, Nilo Vallejo, Joaquín Roberto Cornejo, Temístocles Sánchez y Oscar Alvarez entre los que están con nosotros y siguen luchando heroicamente todos los días.


Pero quisiera aprovechar esta oportunidad para destacar a muchísimos héroes de la salud pública que nadie los reconoce porque en su diario y fatigante trajinar por lograr una vida saludable para los demás no se preocuparon de obtener ningún tipo de reconocimiento o premio. Por ello quiero felicitar al Sr. Ministro de Salud que hace poco declaró héroes de la salud a un grupo de trabajadores de la DIRESA de Ucayali que perecieron en un accidente aéreo cuando iban a concretar un proyecto materno infantil en una población lejana. También en nombre de todos ellos recibo este premio.


Finalmente, creo que en mi vida he tenido mucha suerte. Accedí a cargos para los cuales otros tenían más méritos y experiencia. Tuve reconocimientos que otros también merecían más que yo. Efectivamente he tenido en mi vida mucha suerte.  Mi único consuelo es que no moví un dedo para alcanzar todo ello.  La premiación de hoy es otra prueba de mi suerte. Y sólo me queda el recordar una frase atribuida a Thomas Jefferson: “Cada día creo más en la suerte. Cuando no dejo para mañana mi trabajo y trato de hacerlo hoy muy bien me doy cuenta que tengo más suerte”.

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